Pepita Sarmiento

Este es el cuento de Pepita Sarmiento, que cada vez que salía se la llevaba el viento.
Por miedo a que volara demasiado lejos, su familia toma medidas para mantenerla en tierra. Deciden atarla con una cuerda, hacerle unas botas de plomo, un vestido de hierro y un cinturón de piedras.

Ninguna de estas soluciones evita que Pepita vuele junto al viento, teniendo que ser rescatada todo el tiempo. Así que deciden encerrarla en casa, pero a pesar de tener todo tipo de entretenimientos, Pepita se sentía triste, tanto que palideció y casi se vuelve transparente.
Pero de pronto, el viento entró por su ventana…